El juego de la minería ilegal
Un juego sin final, donde las reglas cambian, los jugadores se adaptan y el resultado no siempre es lo que uno esperaría.
Introducción
En los últimos años, la minería ilegal en el Perú ha sido constante en titulares, operativos y promesas de regulación. Pero más allá del ruido, hay una pregunta de fondo: ¿por qué persiste?
Una hipótesis: tal vez no sea una falla del sistema, sino el resultado predecible de decisiones racionales en un entorno complejo, donde mineros, autoridades y comunidades no buscan lo mismo, pero todos responden a lo que observan.
Pensemos en un caso típico: un grupo de mineros opera sin permisos en una zona remota. La comunidad les vende comida y servicios. Las autoridades locales no intervienen, o lo hacen solo esporádicamente. Este escenario no requiere coordinación. Solo requiere incentivos alineados con la inercia.
Este artículo propone observar el fenómeno como un juego dinámico entre actores interdependientes. No es una historia de buenos y malos. Es una dinámica estratégica donde, dadas ciertas condiciones, seguir las reglas deja de ser la mejor jugada.tá jugando.
Los jugadores y sus movimientos
Como en todo juego, primero hay que entender quiénes participan y qué decisiones tienen a su disposición.
El modelo parte de tres actores clave:
Mineros ilegales: Deciden entre seguir informales o formalizarse. Evalúan riesgos, rentabilidad y protección (formal o informal).
Gobierno: Decide cuánto esfuerzo invertir en control, formalización o inacción. Paga costos políticos y operativos, y enfrenta tensiones internas (corrupción, legitimidad).
Comunidades locales: Pueden apoyar la ley o integrarse al circuito informal, según los beneficios inmediatos y su confianza en la acción estatal.
Cada actor observa, ajusta y reacciona. No hay movimientos aleatorios. Hay aprendizaje estratégico.
El bien común y sus múltiples formas
Cuando hablamos de “bien común”, no nos referimos a una utopía abstracta, sino a algo concreto: un escenario donde la minería ilegal se reduce, el Estado actúa con efectividad y la comunidad encuentra razones para cooperar.
Idealmente, el sistema debería tender hacia:
Baja minería ilegal (x).
Alta gobernanza efectiva (y).
Alta cooperación comunitaria (z).
Pero los modelos muestran que este "óptimo global" no es el único resultado posible. Existen mínimos locales donde el sistema se estanca: situaciones estables pero subóptimas, donde cambiar de trayectoria requiere un esfuerzo coordinado que raramente ocurre espontáneamente.

Una vez definidos los jugadores y su espacio de interacción, la pregunta es:
¿qué ocurre cuando todos empiezan a moverse al mismo tiempo?
Los escenarios muestran patrones distintos:
Algunos escenarios evolucionan hacia equilibrios más cooperativos, con menos informalidad y más estabilidad institucional.
Otros se estancan en configuraciones donde nadie está del todo bien, pero tampoco tiene incentivos para cambiar.
Algunos incluso retroceden: la informalidad crece, la gobernanza se debilita y la comunidad se desconecta del proceso formalizador.
La lección es clara: los incentivos individuales pueden consolidar resultados no deseados a nivel colectivo.

Cuando el tablero se sacude
Hasta ahora hemos visto cómo, en ausencia de grandes sobresaltos, los jugadores —mineros, Estado y comunidades— ajustan gradualmente su comportamiento. El sistema encuentra un punto de equilibrio. No siempre el ideal, pero sí uno en el que todos tienden a quedarse.
Sin embargo, en la realidad, el tablero no siempre se mueve despacio. A veces ocurre algo que rompe el ritmo: un operativo inesperado, un escándalo de corrupción, una protesta social, o un nuevo pico en el precio del oro.
Para explorar estas disrupciones, introdujimos tres escenarios —cada uno afectando a un actor distinto:
Auge súbito de minería ilegal: una oleada de nuevos actores entra al sistema (por incentivos económicos o desplazamiento).
Deslegitimación del Estado: el gobierno pierde capacidad o credibilidad institucional.
Desmovilización comunitaria: la comunidad deja de cooperar con la legalidad, por agotamiento, miedo o pérdida de confianza.

En todos los casos, el sistema no vuelve a su punto original. Aunque el shock sea temporal, los jugadores reajustan su estrategia, y el equilibrio se redefine. Una vez que se reacomodan, el juego ya es otro.
Carpetazo y hacia adelante
Una vez que el sistema ha sido alterado, la pregunta inevitable es: ¿se puede recuperar?
Sí, pero no basta con intención. Cambiar una dinámica estabilizada requiere más que una intervención puntual: exige coherencia, persistencia y realineación de incentivos.
Ejemplos:
El Estado refuerza su presencia y simplifica la formalización.
La comunidad se rearticula como actor prolegalidad.
El entorno económico cambia: el oro baja, o la formalidad se vuelve rentable.
Pero todo esto tiene una condición clave: no basta que un jugador se mueva. Todos tienen que hacerlo juntos.
Conclusión
Este artículo no propone soluciones, pero sí una forma distinta de mirar el problema.
Cuando conceptualizamos la minería ilegal como un juego dinámico entre actores racionales, entendemos que la inercia institucional no es solo falta de voluntad. Es un equilibrio emergente que persiste porque, para cada jugador, tiene sentido seguir como está.
Salir de ese equilibrio requiere más que nuevos decretos o más operativos. Requiere entender qué señales ven los jugadores y por qué cooperar aún no les conviene.
El desafío no es cambiar las piezas. Es cambiar las reglas que hacen que cada jugador quiera moverse.
Apéndice
Para quienes quieren entender cómo funciona el modelo, más allá de los resultados.
Variables principales
El modelo se construye sobre tres variables dinámicas, cada una en el rango [0, 1]:
Minería ilegal (x): representa la proporción de actividad minera informal. Un valor cercano a 1 indica alta ilegalidad; cercano a 0, una minería formalizada.
Gobernanza estatal (y): mide la capacidad del Estado para actuar, fiscalizar y generar legitimidad. y = 1 implica un Estado presente y efectivo; y = 0, un Estado débil o capturado.
Cooperación comunitaria (z): refleja el grado en que la comunidad apoya la legalidad. z = 1 indica alineamiento con la norma; z = 0, tolerancia o integración con la minería ilegal.
Estas tres variables evolucionan simultáneamente en el tiempo, y cada una afecta la utilidad esperada del resto. En ese sentido, no hay decisiones aisladas: el comportamiento de cada actor depende del entorno que los otros generan.
Funciones de utilidad marginal
Cada jugador ajusta su comportamiento según cómo varía su utilidad respecto a su estrategia (es decir, su derivada marginal). Estas funciones no representan utilidad absoluta, sino fuerzas que empujan al actor a moverse en determinada dirección.
1. Mineros ilegales
Interpretación:
El primer término representa incentivos decrecientes a medida que la minería ilegal se expande.
El segundo penaliza cambios bruscos de comportamiento (efecto de inercia).
El tercero es un castigo por gobernanza fuerte.
Los dos últimos términos reflejan: (a) condiciones estructurales que favorecen la ilegalidad (ausencia de Estado y comunidad) y (b) atracción no lineal hacia un punto intermedio informal.
2. Gobierno
Interpretación:
Castigos al sobreesfuerzo estatal.
Incentivos a actuar si la minería ilegal está presente y hay colaboración comunitaria.
Costos de adaptación a nuevas estrategias.
3. Comunidad
Interpretación:
La comunidad responde negativamente a la minería ilegal.
Es incentivada por un Estado fuerte y coherente.
Castigada si coopera pero el Estado es débil (último término).
4. Utilidad social o "bien común"
La utilidad social no es la suma de las utilidades individuales. Se define como una superficie de bienestar colectivo, que considera tanto las condiciones ideales como las trampas locales:
Componentes:
3(1 - x)yz
: beneficio estructural del equilibrio deseado (baja ilegalidad, alta presencia estatal y comunitaria).Ondas sinusoidales: simulan picos y valles locales (múltiples óptimos y mínimos).
Penalizaciones: evitan que el sistema maximice si hay alta ilegalidad, baja gobernanza o débil cooperación comunitaria.
El resultado es un paisaje con múltiples valles y cumbres: el sistema puede quedarse atrapado en zonas subóptimas por mucho tiempo, incluso si hay mejores caminos disponibles.
Interesante análisis Diego. Me parece que hay una variable externa por los altos precios de los metales (no los controla ninguno de los actores locales), tienen presencia en los partidos políticos, hay canales de distribución de insumos y de la producción así como del metal y mineral. Por otra parte es necesario considerar que hay relación entre las partes y que no son grupos excluyentes.